

Los insectos colonizaron el mundo mucho antes que el ser humano. Se han encontrado fósiles de cucarachas de 400 millones de años. La edad del ser humano sobre este mundo apenas alcanza los 5 millones.
La fumigación es uno de los sistemas con los que contamos para la aplicación de insecticidas. De hecho, en la mayoría de los servicios urbanos, es apenas un auxiliar y para casos muy especiales. Pero ahora a cualquier tipo de control de plagas se le conoce como FUMIGACIÓN.
Las plagas han formado parte del hábitat humano desde las cavernas.

El humo de las fogatas y de las cocinas hacían la función de repelente de mosquitos, moscas y otras plagas. Fumigación espontanea acorde con la forma de vida.
Cuando se les agregaban plantas de olor, incienso o maderas aromáticas también quitaban los malos olores relacionados con el sacrificio religioso de animales o la putrefacción de los alimentos dentro de sus viviendas.
Mas tarde en épocas de epidemias se usó esta fumigación empírica en las iglesias, que eran refugio de caminantes y peregrinos, aparte de práctica religiosa, para sanear el medio ambiente. También era necesario para purificar el aire en los templos de las altas concentraciones de gases emitidos por inhumaciones en rústicas tumbas construidas en el interior.
Hipócrates usaba la quema de mirra, hisopo, ruda, azufre y arsénico como remedio para algunos malestares y Homero describe en la odisea la quema de azufre como práctica común para la desinfección de las viviendas.
A principio de este siglo se desarrollaron gases venenosos que se usaron en la primera guerra mundial.
La evolución de esta tecnología permitió la creación de los fumigantes modernos.
El desarrollo de sistemas confiables y seguros para su aplicación han permitido la amplia utilización de estos productos en el control de plagas de productos alimenticios almacenados preservándolos para consumo humano.

A continuación te compartimos un breve video donde de un Botafumeiro en Santiago de Compostela, el tradicional incensario es ese pequeño quemador de carbón y polvo de incienso que se usa durante el ritual de algunas misas para bendecir el acontecimiento. Más adelante compartiremos un artículo exclusivo para conocerlo más a fondo.